Analizar y extraer
conclusiones no servirá nunca para obtener una receta salvadora, pero será la
herramienta para encontrar alternativas, para explorar nuevos senderos y dejar
que broten nuevas soluciones que jamás serán las mismas, sino de otras gentes,
las de los hijos del mañana.
María Dolores Ferrero Blanco
El
15 de septiembre de 1821 se proclama en Guatemala el "Acta de
Independencia" acción que genera un cambio rotundo en la historia de
nuestra nación. Sin embargo las pugnas intestinas entre Timbucos y Calandracas
en la disputa por el poder atropellarían el proceso independentista en
Nicaragua. El 28 de septiembre del mismo mes la Junta Provincial de León firma
el "Acta de los Nublados". Los leoneses dirigidos por fray Nicolás
García Jerez, obispo y gobernador intendente de Nicaragua, se oponían unirse a
Guatemala sin embargo "la
independencia de España la aceptaban en León únicamente como una necesidad
impuesta por las circunstancias, pero era algo secundario, siendo lo
fundamental acordar la absoluta y total independencia de Guatemala”[1].
El Coronel Crisanto Sacasa jura, en Granada, el 3 de octubre de 1821 la
independencia general del Gobierno español y León se incorpora al Imperio
Mexicano.
Dos
años después, 1823, Nicaragua forma parte de la Unión Centroamericana, se
declara independiente de México y se organiza como República Federal de
Centroamérica. En esta etapa continúa la pugna entre los gobernantes criollos
granadinos y leones, por consiguiente ambas ciudades se disputaban la hegemonía del país y comenzó una suerte de turnos
cíclicos capitalinos entre León y Granada. En la segunda mitad del siglo XIX
los conservadores (llamados primero Timbucos y después Legitimistas) se
mantuvieron por 30 años en el poder, acción a la que los liberales (llamados
primero Calandracas y después Democráticos) dieron una rotunda respuesta: la
contratación de William Walker.
Durante
esta época exactamente el 24 de julio de 1846 Managua es elevada a ciudad por
razones estratégicas, pues desde 1840 se comienzan a trasladar los poderes del
estado a dicho territorio "ya para
la década de 1840, Managua comienza a ser sede de algunos poderes del Estado y
de dependencias gubernamentales. En La Gaceta (llamada en esa época Registro
Oficial) del sábado 11 de julio de 1846 (…), José María Sandres, Senador
director del Estado de Managua, con fecha 4 de julio, firmó el decreto
trasladando las Cámaras de Senadores y Representantes a la Villa de Managua,
igual que el Gobierno, la Contaduría Mayor de Cuentas, la Tesorería General y
la Peculiar de los Supremos Poderes”[2].
En
aquella época Managua tenía una vida citadina naciente, apenas estaba dejando
atrás su brevísimo desarrollo de villa para dar paso a lo que sería "(…) la única ciudad de Nicaragua que
se ha levantado en la era de la técnica urbanística (…)" [3] para decirlo con palabras de Pablo Antonio Cuadra. La ciudad
seguía siendo distrito de Granada, tenía como puntos límites al norte el
antiguo Campo Marte (hoy explanada de Tiscapa), al sur el lago Xolotlán, al
este el barrio Santo Domingo y al oeste el barrio San Sebastián, muchos vivían
del cultivo en las fincas o de la pesca en el lago.
En
1851 asume Laureano Pineda la jefatura del Estado pero el 4 de agosto de dicho
año el General Trinidad Muñoz le da golpe de estado, luego de una serie de
sucesos asume el Senador Fulgencio Vega quien había decidido terminar de una
vez con las disputas entre leoneses y granadinos, pues la ubicación de la
capital nicaragüense se había convertido en todo un dilema. En el año 1832 fue
León, luego paso a Managua que aún era villa, después en 1838 vuelve a León y así
la Asamblea de gobierno anduvo de un lado a otro, hasta que el día 5 de febrero
de 1852 el Senador Vega acuerda:
El Senador Director del
Estado de Nicaragua:
Teniendo
presente que la permanencia del Gobierno en esta ciudad (Granada) ha sido por
el triste acontecimiento del 4 de agosto de 1851 y mientras duraban las
circunstancias de entonces que éstas han desaparecido junto con la facción
asilada en el cuartel de León; y considerando que la Ciudad de Santiago de
Managua es el lugar de la residencia ordinaria del Gobierno, en uso de sus
facultades.
DECRETA:
Arto.
1 El Poder Ejecutivo del Estado se traslada el 9 del corriente a la ciudad de
Santiago de Managua como punto de su residencia.
Arto.
2 El Señor Ministro General es encargado del cumplimiento del presente decreto
y de su publicación y circulación. Dado en Granada a 5 de febrero de 1852.
Fulgencio
Vega[4]
De
esta manera Managua queda decretada capital de Nicaragua y a partir de este
momento comienza una historia de desarrollo acelerado de la ciudad, marcado por
los embates de la naturaleza y los avatares de la historia. A 163 años de haber
sido designada capital oficial de la República de Nicaragua, nuestra ciudad
pide ser vista sin el velo de la nostalgia.
[1]
Ferrero Blanco,
María Dolores: La Nicaragua de los Somoza (1936-1979), Instituto de Historia de
Nicaragua y Centroamérica de la Universidad Centroamericana IHNCA-UCA, 2012,
Managua, Nicaragua. P 29
[3] Cuadra, Pablo
Antonio: Crítica de Arte, Colección Cultural de Centro América, Serie Pablo
Antonio Cuadra Num. 9, Compilador Pedro Xavier Solís, Fundación UNO, 2005,
Managua, Nicaragua. p. 55
[4]
Halftermeyer,
Gratus: Managua a través de la historia (1846-1946), Ed. Hospicio San Juan de
Dios. p. 19
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