En esta última
semana he rastreado varias noticias sobre la situación de los derechos civiles
de la comunidad LGBT en Nicaragua. Aunque me encuentre lejos, llevo pedazos de
su tierra en mí, pues yo soy parte de
esa hermosa patria que ha soñado por muchos años con formar hombres y mujeres
libres.
Me alegra mucho de
ver los logros a los que paulatinamente hemos llegado, digo hemos pues yo me
siento parte de esta lucha. Me contenta el nombramiento de Samira Montiel como
Procuradora de la diversidad sexual, me contenta ver que en la calle hayan vallas
con anuncios contra la homofobia, me alegra que Omar Cabezas se haya parado
frente a los diputados de nuestra asamblea nacional y haya pedido igualdad para
las familias homoparentales pero también me entristecen las respuestas de
varios sectores de la sociedad nicaragüense en contra de nuestros logros.
La lucha por los
derechos de la comunidad LGBT ha sido dura, pero no quiero referirme solo a
esta comunidad, quisiera ser mas abarcador y también incluir los derechos de
las mujeres y los niños. No quiero hacer un manifiesto pero quiero hablar de la
libertad, de esa libertad que se nos ha negado durante años y años, quizás
siglos. Hablo desde mí libertad.
Por qué las mujeres
se hicieron para la casa y los hombres para la calle?, por qué desde pequeños
se nos enseña que los hombres debemos tomar el puesto en la casa como machos
imperantes?, por qué si soy homosexual no puedo adoptar legalmente a un niño?, donde
esta el lugar que ofrece recreación sana a nuestros niños?, donde está el
verdadero cumplimiento de sus derechos?.
Hablando desde mi
experiencia personal quiero decir que soy homosexual y también cristiano, pues
sigo a Cristo y su doctrina mas allá de una religión porque desde hace mucho
tiempo me di cuenta que las religiones no nos llevan a ninguna parte y que
muchas veces nuestros guías espirituales, llámense sacerdotes o pastores, solo
nos brindan interpretaciones personales de la doctrina cristiana que nos alejan
de Dios y nos acercan a sus proyectos personales. No ataco a la iglesia pero me
repugna ver, o mejor dicho leer, los comentarios de supuestos enviados de Dios
en los que afirman leyes que, según ellos, son inquebrantables.
Acaso ellos no
pueden darse cuenta que la Biblia, además de ser un libro que contiene la
doctrina de Cristo, es un libro en el que se cuenta la historia del pueblo de
Israel?, acaso no se dan cuentan que también es un libro poético?. Qué me pueden decir ellos del erotismo de El
cantar de los cantares?, o de la poesía del Apocalipsis?, realmente la tierra
se pobló enteramente con las doce tribus de
ISRAEL? , y que me dicen de el amor al prójimo promulgado por
Jesucristo?, y qué me dicen de su interés por los niños, por las prostitutas,
por los pobres, por los enfermos, por los MARGINADOS SOCIALES?
Por desgracia
vivimos en una sociedad religiosa que se rige por la moral, yo diría por la
doble moral, propiciando una mejor manipulación de las ovejas por parte del
pastor. Me entristece la noticia publicada en
El nuevo diario donde algunos sectores evangélicos piden la destitución
de Omar Cabezas por pedir igualdad de derechos, también me indignan algunos
comentarios que varios lectores escribieron en la noticia, publicada por La
Prensa, donde se hablaba de los sucedido con Omar Cabezas en la Asamblea
Nacional. Creo que la sociedad Nicaragüense necesita despojarse de muchos
tabúes y de empezar a razonar, a tener opinión individual, a no ser un rebaño
guiado por alguien o algo. No los culpo simplemente reflexiono desde mi
experiencia, pero creo que nos hace falta mucha mas educación en este y otros
campos.
Recuerdo mis rezos
de niño, recuerdo la enorme fe de mi familia, recuerdo mi fe gigante. No es que
ya no la tenga pero se ha transformado. Mi familia es católica a ultranza,
tanto así que recuerdo el día que mi madre decidió convertirse en evangélica y
la familia le dio la espalda, el único que estuvo ahí siempre fui yo. Recuerdo
también los comentarios hacia homosexuales que de vez en cuando aparecían en la
televisión y recuerdo mi miedo a decir la verdad, nunca me escondí pero nunca
fue oficial. Recuerdo mi pequeña lucha por dar a conocer a mi familia qué era
la homosexualidad y también me recuerdo tratando de responderme preguntas,
buscando información sobre lo que me sucedía, era mi curiosidad de adolescente
tratando de encontrar una explicación.
Poco a poco fui
encontrando la información científica adecuada, corrí con mucha suerte pues a
pocos les sucede esto. Recuerdo los pequeños logros en mi propia lucha, las revistas de
Xochiquetzal dejadas bajo el mueblecito del televisor, la entrada en CAPRI, los
talleres de salud sexual y reproductiva, el apoyo incondicional de mis amigos,
recuerdo el cambio de familia con respecto al tema, recuerdo el día en que me
dije a mí mismo que Dios me querría tal como fuera y también recuerdo aquella
tarde en la que mi madrina, tía, me preguntó si yo era homosexual y yo mas
nervioso que nunca, mirándole a los ojos le dije: sí. Mi familia es tan católica que lo primero que
mi madrina me dijo es que en el reino de los cielos hay de todo y que no me
preocupara, claro esto llevaba lágrimas en sus ojos. Después de esa tarde sentí
un gran alivio, luego la familia entera lo supo. Yo tenía quince años.
Mi familia es tan
católica que mi abuela no pudo re hacer su vida al lado de otro hombre, pues mi
abuelo fue el hombre con el que se caso "de velo y corona", acaso
ella como mujer y como ser humano no tenía derecho a ser amada y a amar a otra
persona. Mi familia es tan católica que señalaron a mi tía por haberse
enamorado de un hombre extranjero que conoció por internet, un hombre que hoy
la hace feliz y que la ha rejuvenecido, mi tía tiene mas de cuarenta años. Ella
también tuvo su propia lucha y hoy, aunque a regañadientes, la familia acepta
su relación. Quién les quita el derecho a amar?, quién les quita el derecho a
ser dueñas de sus vidas?, a realmente realizarse como personas, como
individuos, como mujeres?
Pero debo reconocer
que mi familia es católica y me ama por lo que soy, por mi calidad como ser
humano.
Ahora recuerdo a mis
amigas de la secundaria. Sus primeras experiencias sexuales, su desinformación
ante una ITS, ante el VIH/SIDA, ante el uso del condón, muchas veces las
recuerdo preocupadas por no saber cómo abordar este tema con sus madres,
recuerdo en algunos casos sus frustraciones ante la perdida de la virginidad.
Quién les ha negado el derecho a esta información? Menos mal que poco a poco en
esto hemos avanzado pero aún queda camino por recorrer.
Hoy les puedo decir
que uno se va cansando de todo. Uno se cansa de meterse al chat.com y buscar un
cyber macho, uno se cansa de esperar en la baranda de Metrocentro, uno se cansa
de las miradas en un baño de Plaza Inter, uno se cansa de los cines porno, uno
se cansa de las burlas de la gente, de subirse al bus y ver como cuchichea la
gente, uno se cansa las amenazas, de los asaltos, de los menosprecios, uno se
cansa de "el ambiente gay", a veces uno se cansa hasta de luchar y
hasta de ser machista.
Este post es íntimo,
casi impublicable, pero no quería dejar de pronunciarme ante los sucesos
ocurridos en mi país. Hablo por el muchacho soñador que piensa su patria como
una nación libre, que piensa su patria llena de gentes con un alto sentido de
lo humano, que piensa su patria como tierra buena para él y para las
generaciones venideras. Hoy hablo por mí y por mi libertad.
Al final, para mí,
lo mas importante en un ser humano no es su orientación sexual, ni su raza, ni
sus creencias religiosas, no importa su profesión, ni estatus social, lo mas
importante es su calidad humana y su actitud ante la vida, pues solo a través de
estas podrá ser o no incluido dentro de la sociedad como individuo activo.