Marchar
se hace urgente en un país donde las locas carecemos de visibilidad política.
Tomarse la calle en manada en un gesto extracotidiano para expresarnos en
contra de lo que nos oprime. Cada unx con su performatividad, cada unx en su
performatividad, cada unx desde su performatividad evocando construcciones
politizadas sobre nuestros cuerpos. Expresando las muchas maneras de ser loca,
cochón, gay, trans, lesbiana, homosexual, bisexual. Expresando las mil formas
de ser y amar.
Marchar
hoy se me hace urgente por las locas globales y las nacionales. Por las drags y
las locas de Stonwell, por las locas mexicanas que se la jugaron en el 68, por
las locas chilenas performeras que criticaban la dictadura pinochetista en
actos irreverentes y escandalosos. Marcho por la Sebastiana, mítica figura de la
Managua cochona pre terremoto del 72, figura que hoy se muere de soledad y
alcoholismo. Marcho por la Reina de las Tártaros que murió reventada por el
guarón en una calle del barrio San Sebastián. Marcho por las locas guerrilleras
que se la jugaron para quitar a Somoza del poder y hoy no tienen ni placas, ni
nombres, ni calles. Marcho por las locas que en los años 80 morían en los
hospitales sin ser atendidas, morían de sida en los rincones de las salas de
espera.
Marcho
porque a mi abuela la obligaron a casarse a los 20 años con un hombre que ella
no había elegido, porque mi tío sufría traumas de guerra por haber pasado el
servicio militar obligatorio, porque mi tía tardó 20 años en entender que los
golpes que su pareja le daba no eran por amor, marcho porque mi hermano ha
sufrido múltiples violencias por ser emigrante, joven y pobre. Marcho para que
mi mejor amiga deje de reprimir los deseos de su cuerpo, para que no sea señalada
cada vez que intenta llevarse un hombre a la cama. Para que mi prima crezca
empoderada en su cuerpo de mujer negra y sea una mujer feliz. Marcho porque el
sistema patriarcal nos enseña y nos obliga a ser hombres y mujeres en sus
marcos y cánones, porque nos obliga a rechazar y destruir todo lo que se sale
de esas normas. Marcho porque en la Maya, la Noa, la Natalia y Tomás, mis sobrinxs postizos, veo el aliento de un nuevo mañana. Veo en ellxs las esperanzas de una nueva generación de sujetos libres.
Marcho
para que las locas de mañana vivan mejor, para que las locas de mañana no abran
el grindr y los machos gays les pregunten: se te nota?, cero plumas verdad?.
Marcho para que los activos no tengan que ser seres super dotados que buscan
reventar culos, para que los pasivos no tengan que ser aguantadores, ni tener
culos tragones. Marcho para que las locas discretas no tengan miedo, para que
las locas evidentes no seamos señaladas por la risa perversa del que camina por
las calles. Marcho también para que las locas en la tv dejemos de presentar los
segmentos de modas, para que dejemos de travestirnos con elementos masculinizantes
y podamos entrar a otros espacios de las esferas públicas siendo nosotras
mismas. Marcho para que mañana no haya ongs neoliberales que despolitizan
nuestras voces y podamos ser nosotras mismas agenciándonos nuestras propias
luchas. Para que no sigamos estando al margen de la historia nacional y seamos
sujetxs visibles.
Marcho
porque soy un sujeto político, porque soy sandinista, porque soy artista, porque
soy feminista, porque creo en el cambio, porque me cansé de las mediaciones. Marcho
porque soy loca, soy cochón, soy revolución.
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