miércoles, 30 de mayo de 2012

La niña que se trago la luna.


Para Zoa Meza y sus alas de mariposa

La niña duerme tranquila, al parecer no le molestan los mosquitos que le zumban en los ojos. Se da vueltas hacia un lado, se da vueltas para el  otro, la madre la mira callada y ve como le crece la barriga.

Hace días que le crece y le crece-dice la madre- parece que se ha tragado la luna.


A la niña le hincan los resortes de la cama y la luna le pesa, le pesa como piedras, como la lluvia cuando cae en el cartón con el que su hermano se cobija.


La madre le pasa la mano por la frente porque la niña suda, se le está incrustando un pedazo de ombligo en la parte donde la luna se pone llena, en el lugar donde jugamos solos, en el lugar donde el aire sopla más helado.


La lluvia cae una vez.


A la niña le pesan las flores que tiene sobre las trenzas, también le pesa quedarse parada en el semáforo para ver quien le da una sobra de vida, sobra que también le pesa. Le pesan los pies descalzos, la tierra que se le incrusta en el cuello, le pesan las alas embarradas en su camisa y le sobra la luz cuando sonríe.


En este lugar los niños tenemos la risa más grande que las casas- le dice a la madre.


En este lugar nosotros pintamos de color las calles aunque la gente sea pálida- le vuelve a decir y los mosquitos también la escuchan.


La lluvia cae dos veces.


Cuando hay mucho sol la niña se sienta sobre los pájaros y vuela, vuela tan alto que parece una estrella que baila en el cielo cuando aún es de día. Los pájaros hacen nido en los ojos de la niña y la madre se muere de alegría cuando su hija aprende. La madre no pudo aprender, en sus tiempos había hombres que se limpiaban las nalgas mientras otros limpiaban la tierra.


A veces, cuando la niña tiene sed, le pide a las ranas que le regalen un poco de agua. No le teme a nada, ni siquiera a las ranas.


La lluvia vuelve a caer.


La madre le pasa un trapo por la frente, a la niña se le borra el rostro y la luna se le rompe por dentro. Los mosquitos se posan sobre el hombro de la madre que tapa su cara con el trapo, con el mismo rostro de la niña.


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